Liturgia Católica
Una Santa Católica Apostólica
Visible, Infalible e Indefectible
Avisos Espirituales
CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA
DEI VERBUM
SOBRE LA DIVINA REVELACIÓN
Cómo hay que interpretar la Sagrada Escritura
12.
Habiendo, pues, hablando dios en la Sagrada Escritura por hombres y a la manera
humana, para que el intérprete de la Sagrada Escritura comprenda lo que Él quiso
comunicarnos, debe investigar con atención lo que pretendieron expresar
realmente los hagiógrafos y plugo a Dios manifestar con las palabras de ellos.
Para descubrir la intención de
los hagiógrafos, entre otras cosas, hay que
atender a "los géneros literarios". Puesto que la verdad se propone y se expresa
de maneras diversas en los textos de diverso género: histórico, profético,
poético o en otros géneros literarios. Conviene, además, que el intérprete
investigue el sentido que intentó expresar y expresó el hagiógrafo en cada circunstancia, según la condición de su
tiempo y de su cultura, según los géneros
literarios usados en su época. Pues para entender rectamente lo que el autor
sagrado quiso afirmar en sus escritos, hay que atender cuidadosamente tanto a
las formas nativas usadas de pensar, de hablar o de narrar vigentes en los
tiempos del hagiógrafo, como a las que en aquella época solían usarse en el
trato mutuo de los hombres.
Y como la Sagrada Escritura hay que leerla e
interpretarla con el mismo Espíritu con que se escribió para sacar el sentido
exacto de los textos sagrados, hay que atender no menos diligentemente al
contenido y a la unidad de toda la Sagrada Escritura, teniendo en cuanta la
Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe. Es deber de los
exegetas trabajar según estas reglas para entender y exponer totalmente el
sentido de la Sagrada Escritura, para que, como en un estudio previo, vaya
madurando el juicio de la Iglesia. Por qué todo lo que se refiere a la
interpretación de la Sagrada Escritura, está sometido en última instancia a la
Iglesia, que tiene el mandato y el ministerio divino de conservar y de
interpretar la palabra de Dios.
Condescendencia de Dios
13. En la
Sagrada Escritura, pues, se manifiesta, salva siempre la verdad y la santidad de
Dios, la admirable "condescendencia" de la sabiduría eterna, "para que
conozcamos la inefable benignidad de Dios, y de cuánta adaptación de palabra a
uso teniendo providencia y cuidado de nuestra naturaleza". Porque las palabras
de Dios expresadas con lenguas humanas se han hecho semejantes al habla humana,
como en otro tiempo el Verbo del Padre Eterno, tomada la carne de la debilidad
humana, se hizo semejante a los hombres.
¡Ave María Purísima!