LETANÍAS DE LA HUMILDAD Jesus manso y humilde de Corazón, Óyeme. Del deseo de ser lisonjeado, Líbrame Jesús. Del deseo de ser alabado, " Del deseo de ser honrado, " Del deseo de ser aplaudido, " Del deseo de ser preferido a otros, " Del deseo de ser consultado, " Del deseo de ser aceptado, " Del temor de ser humillado, " Del temor de ser despreciado, " Del temor de ser reprendido, " Del temor de ser calumniado, " Del temor de ser olvidado, " Del temor de ser puesto en ridículo, " Del temor de ser injuriado, " Del temor de ser juzgado con malicia, " QUE otros sean más estimados que yo, Jesús dame la gracia de desearlo. Que otros crezcan en la opinión del mundo y yo me eclipse, " Que otros sean alabados y de mí no se haga caso, " Que otros sean empleados en cargos y a mí se me juzgue inútil, " Que otros sean preferidos a mí en todo, " Que los demás sean más santos que yo con tal que yo sea todo lo santo Que pueda, "
Oración: Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte,
y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda
nuestro orgullo y amor propio.
Concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo,
para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra,
podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo. Amén. —del Cardenal Merry del Val- (1865-1930)