Liturgia Católica

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Quinta parte de la Introducción a la vida devota


CAPÍTULO IV


EXAMEN DEL ESTADO DE NUESTRA ALMA CON RELACIÓN A DIOS


1. ¿Cómo está tu corazón con respecto al pecado mortal? ¿ Has hecho una resolución firme de no cometerlo jamás, por cualquier cosa que te pueda ocurrir? ¿Has mantenido esta resolución desde que la hiciste hasta ahora? En esta resolución consiste el fundamento de la vida espiritual.


2. ¿Cómo está tu corazón con respecto a los mandamientos de la Ley de Dios? ¿Te parecen buenos, dulces y agradables? ¡Ah, hija mía! El que tiene el gusto en buen estado y sano el estómago, quiere los buenos manjares y rechaza los malos.


3. ¿Cómo está tu corazón en lo que atañe a los pecados veniales? Es imposible vivir sin cometer alguno, en una u otra ocasión; más, ¿tienes inclinación a alguno en particular? Y, lo que todavía sería peor: ¿hay alguno al cual tengas afecto y amor?


4. ¿Cómo está tu corazón si consideramos los ejercicios piadosos? ¿Los tienes en la debida estima? ¿Los aprecias? ¿Te causan fastidio? ¿Encuentras gusto en ellos? ¿Hacia cuáles te sientes más o menos inclinada? Escuchar la palabra de Dios, leerla, hablar de ella, meditar, aspirar a Dios, confesarte, recibir consejos espirituales, prepararte para la comunión, comunicarte, reducir los afectos: ¿qué hay en todo esto que repugne a tu corazón? Y, si descubres en ti alguna cosa a la cual tu corazón esté menos inclinado, examina de dónde procede esta apatía, y cuál es la causa de la misma.


5. ¿Cómo está tu corazón para con el mismo Dios? ¿Se complace tu corazón en acordarse de Dios? ¿No siente una suavidad agradable? «¡Ah! -dice David-, me he acordado de Dios y me he deleitado». ¿Sientes en tu corazón cierta facilidad en amarle y un gusto especial en saborear este amor? ¿Goza tu corazón al pensar en la inmensidad de Dios, en su bondad, en su suavidad? Si el recuerdo de Dios viene a tu mente en medio de las ocupaciones del mundo y de las vanidades, ¿te detienes en él y te conmueve? ¿Te parece que tu corazón se inclina hacia él y, en cierta manera, se adelanta? Ciertamente, hay almas que son así. Si el marido de una mujer vuelve de lejanas tierras, enseguida que la esposa se da cuenta de su regreso y oye su voz, aunque esté muy atareada y dominada por alguna violenta consideración en medio de sus ocupaciones, su corazón, empero, no queda sujeto, sino que deja los demás pensamientos para pensar en su recién llegado esposo. Lo mismo les ocurre a las almas que aman a Dios; aunque anden muy atareadas, cuando les asalta el recuerdo de Dios, casi apartan la atención de todo lo restante, a causa del gozo que sienten de que vuelva este amable recuerdo, lo cual es muy buena señal.


6. ¿Cómo está tu corazón con respecto a Jesucristo, Dios y Hombre? ¿Estás contenta cerca de Él? Las abejas se complacen alrededor de la miel, y las avispas en la podredumbre; de la misma manera, las almas buenas se gozan en Jesucristo y sienten por Él una gran ternura de corazón; pero las malas se gozan en las vanidades.


7. ¿Cómo está tu corazón con respecto a la Santísima Virgen, los santos y el ángel de tu guarda? ¿Tienes una especial confianza en su protección? ¿Te gustan sus imágenes, sus vidas, sus alabanzas?


8. En cuanto a tu lengua, ¿cómo hablas de Dios? ¿Te gusta hablar de Él según tu condición y conocimientos? ¿Te gusta cantar los salmos?


9. En cuanto a las obras, examina si tienes interés por la gloria externa de Dios y por hacer alguna cosa en honor suyo; porque los que aman a Dios, aman, con Él, el esplendor de su casa. ¿Tienes conciencia de haber arrancado algún afecto y renunciado a alguna cosa por Dios? Ten en cuenta que es muy buena señal de amar, privarse de algo en obsequio de la persona amada. ¿Qué has dejado hasta ahora por amor de Dios?






Ave María Purísima
Cristiano Católico 21-12-2012  Año de la Fe

Vida Devota

Sea Bendita la Santa e Inmaculada Purísima Concepción de la Santísima Virgen María